Esto no es un adiós, es un hasta nunca.

Y, como hoy es un día especial, empezaré a mi manera:

Hace dos años que cerré los ojos para no mirar a un lugar donde ya no estuviese ella. Por estos opacos párpados han pasado ya innumerables historias. Ninguna a la altura para poder volver a abrir esas ventanas. Buenas, no tan buenas, algunas geniales, maravillosas e impactantes, como esa de los mafiosos, la del profesor de química y la otra de la funeraria... Pero no hay una igual. Todos los nuevos nacimientos buscan ocupar ese lugar, y todos ellos chocan contra el suelo de la cancelación por querer volar tan alto.

Cursi, lo sé. Realista, también. Dos años no es poco tiempo para dejar de notar tu ausencia, dos años no es suficiente para volver a abrir los ojos.

Y ahora chavalas, los chavales no me importáis, toca despedirme de este blog tan transitado... 


A mamarla toca!

El pájaro azul

Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, 
no voy a permitir que nadie te vea.

Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir
pero yo le echo whisky encima
 y me trago el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, 
¿es que quieres hacerme un lío?
¿es que quieres mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

Hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir
pero soy demasiado listo, 
sólo le dejo salir a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas triste.

Luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito ahí dentro, 
no le he dejado morir del todo
y dormimos juntos así,
con nuestro pacto secreto.
Y es tan tierno como
para hacer llorar a un hombre, 
pero yo no lloro,
¿lloras tú?

Charles Bukowski.

#Lost

En un año pueden pasar muchas cosas y también puede no pasar nada. Puedes olvidarte de lo vivido o puedes recordarlo día a día, cada momento, como si lo vivieras tú.
Podría decirse que eso me ha pasado a mi con Lost, pero no es del todo cierto. Si es verdad que en los primeros meses tras su final mi cabeza no servía para otra cosa, estaba totalmente ocupada por una isla, unos personajes, una historia. Pero luego todo se esfumó, asumí que había acabado y ya era hora de cerrar los ojos. De pasar página.

Era hora de hablar, de desahogarme, de debatir sobre el final. Ese final que me maravilló. Fue perfecto, calculado al milímetro, sorprendente, inesperado... Fue lost. Fiel a su filosofía de no dar todo en bandeja y masticadito. A su estilo de soltar las cosas de forma poco directa y hacer que el espectador le de una y mis vueltas a lo sucedido. Así fue Lost desde el primer día, así debía acabar. 
Mucha gente se dejará llevar por lo que dicen los medios y algunos fans, eso de que el final es una basura sin respuestas. Hay que darles la razón en una cosa, el final no da, al menos claramente, respuestas a ningún misterio generado a lo largo de los años. La mayoría de los misterios importantes se fueron contestando a lo largo de la última temporada. También hay que destacar a aquellos que en su día pusieron el grito en el cielo al entender a la cuatrOº el final. Era bastante cómico verlos por foros, ver como insultaban a los guionistas y ver como luego entraban en razón y los adoraban al saber, y entender, el final.

Pero esto no es para hablar de eso... Hoy hace un año que terminó todo. Y lo hizo en el mismo sitio que empezó, entre los mismos troncos de bambú, con el mismo ojo abriendo y cerrando la obra cual telón. La nostalgia me ha invadido completamente, tanto que he vuelto a ver el último episodio y tengo planeado volver a hacerlo al acabar esta entrada. Tanto que llevo todo el día perdido en la isla, escuchando su magnífica música, viendo sus paisajes, disfrutando de sus personajes. De esos debates fe vs ciencia de Jack y Locke, de la belleza de Kate y Juliet, del carácter de Swayer. De la bondad de Hurley, del don de Desmond, de las locuras de Charlie, de la personalidad de Ben, del amor entre Sun y Jin. De Faraday, Miles, Alpert, Jacob, Lapidus, Charlotte, Claire, Ana Lucía, Mr. Eko, Libby, Rose, Bernard, Michael, Walt, Vincent, Artz, Ilana, Ethan, Shannon, Sayid, Boone, Mikhail, Widmore, Penny, Christian Shephard, Danielle, Alex, Anthony Cooper, Nikki y Paulo, Aaron, Neil 'Frogurt', y muchos más que se me quedan en el tintero. 

Algún día volveré a sumergirme en los misterios de la isla, algún día estaré físicamente en esa isla y recorreré cada rincón que, durante su aventura, recorrieron los antes citados. Algún día

...Un año sin Lost

Welcome to fucking Deadwood, cocksucker

Es complicado escribir sobre algunas series por la imposibilidad de transmitir en palabras la grandiosidad que llegan a alcanzar, y Deadwood es una de esas series. Sé que con cada serie que sacó por aquí digo lo mismo, pero no voy a sacaros la basurilla, aunque ya caerá algo por el estilo (por ejemplo la, para mi, sobrevalorada The Wire). Pero hoy es el día de ese campamento tan ... Empecemos.


Viajamos al año 1876, situándonos en pleno salvaje oeste en una época en la que la fiebre de oro controla la vida de casi todos los norteamericanos. Esta fiebre del oro es lo que impulsa y atrae a todo tipo de personas, desde empresarios hasta bandidos, pasando por antiguos soldados, pistoleros, putas, chinos y un sin fin de personajes a asentarse en el lugar buscando la oportunidad de amasar su propia fortuna. De esta manera se funda un campamento al margen de toda ley al que se le da el nombre de Deadwood. 

A lo largo de su corta vida -36 capítulos divididos en tres temporadas- nos muestra de una manera pocas veces vista el día a día de los que viven o simplemente pasan por el campamento. Sin tapujos ni censura vamos desgranando sus historias, sus sueños, sus debilidades. Vamos conociendo quienes son los que manejan el cotarro, es decir, el dinero. Y ahí nos topamos con el más grande, el mejor personaje de la serie sin duda, Al Swearengen -MAGISTRALMENTE interpretado por Ian McShane-. Amigo y enemigo de todos, dueño del saloon más antiguo del lugar y jefe de esa maldita tierra aunque ninguna escritura lo diga. Con otros trataría de amor, con el solamente es posesión: lo que es suyo no se toca, y lo que es tuyo, si le interesa, lo será por poco tiempo... Y si te interpones, cuchillo al cuello y a los cerdos de Wu. Otro gran personaje es Seth Bullock -gran interpretación de Timothy Olyphant-, la historia empieza con él llevando a cabo su último trabajo como sheriff de Montana antes de partir a Deadwood junto a su amigo y socio Sol Star. Es una persona bastante correcta, no le gustan los trapicheos que se llevan a cabo en el pueblo, sobre todo los de Swearengen. Pero con un carácter que muy poco le ayuda a seguir las normas al pie de la letra. Ahora que me paro a pensar, la serie está repleta de fabulosos personajes, a los dos protagonistas se suman  Cy Tolliver, Dan, Alma Garret/Ellsworth, Trixie, el doctor Cochran, Adams, Hearst, Jane Canary, Charlie Utter y E.B. Farnum. Hay más que pueden ser nombrados como muy buenos personajes, pero no tiene la relevancia que estos en las diferentes tramas.
Como buen western que es, está repleto de personajes históricos, los mismos Seth Bullock y Al Swearengen, Wild Bill Hickok, Calamity Jane, Charlie Utter y George Hearst entre otros. 
La ambientación de la serie es soberbia, absolutamente perfecta. Sus decorados, vestuarios y maquillajes son puramente cinematográficos. Muchas veces da la sensación de ser un pedacito del lejano oeste preservado hasta nuestros días.
Su dirección en la inmensa mayoría de capítulos es fabulosa, no solo por su buen ritmo, sino por qué huele a cine -del bueno- por todas partes. Planos anchos que captan toda la esencia del pueblo, primerísimos planos, cámara en primera persona... Si sigo no acabo nunca de alabarla. 
Un apunte, quiero avisar a todos aquellos a los que no os gustan los western y deciros que NO le cerréis la puerta a Deadwood por serlo. A mi no me gustan y Deadwood me parece magnífica.

No está destinada a grandes masas. Una de las razones por las que no pueda gustar es por su ritmo, acusado de ser lento. Personalmente no lo veo así, si que tiene un ritmo algo pausado en ciertos episodios, pero por norma general no es lento. Otra de las razones puede ser su dureza y realismo, aquí todo se ve como si pasara en la plaza que está cerca de tu casa, sin rectángulos negros que tapen la sangre y demás cosas censurables. 
Para terminar quiero hablar del mayor lastre de la serie, su cancelación. Audiencia notable, premios -ocho Emmys y un Globo de oro- y respaldo de la critica. Lo tenía practicamente todo y, sin embargo, nunca terminó como merecía. Incomprensible es lo mínimo que puede decirse. ¿Que es lo que falló? Pues Deadwood no era barata, ni mucho menos. Tenía gastos importantes en todos los aspectos, hasta en los más mínimos detalles. Todo estaba tan cuidado que resultó ser una serie extremadamente cara... Y eso la llevó a su final. Un final que deja todo en el aire, demasiados cabos sueltos. Yo sabía que estaba sin terminar y que, seguramente, seguirá así para siempre. Aún así el final me dejó MUY JODIDO. Es decepcionante ver como una historia que está, quizá no a la altura, pero si muy cerca, de la más grande -Los Soprano- acaba en el cajón del olvido por problemas de dinero. Sobre todo molesta que sea una producción de HBO, que se caracteriza por mimar y cuidar bastante sus series.

Y ahora si, para cerrar esta nueva entrada seriéfila, no me queda otra que recomendar con todas mis fuerzas que la vean, porque a mi modo de ver, debería estar en el listado obligatorio de todo seriéfilo y de todo aquel que disfrute las joyas de verdad.

...Get the fuck out here!

Cuando un día se reduce a palabras...

Despertar. Ojos. Abrir. Levantar. Orinar. Lavarse. Desayuno. Vestirse. Salir. Esperar. Guagua. Caminar. Papeleo. Volver. Sillón. Televisión. Almorzar. Cagar. Siesta. Jugar. Hermano. Discutir. Madre. Aburrirse. Ordenador. Internet. Navegar. Bostezar. Ver. Película/Serie. Charlar. Crear. Cansarse. Acostarse. Leer. Pensar. Párpados. Bajar. Dormir. Soñar.

Battlestar Galactica is fraking awesome

Ha llegado el día de hablaros de la última, y una de las mejores, serie que he visto. Podría estar aquí alagando el trabajo de cada uno de los actores, de los guionistas, de los directores, o del fantástico Bear McCreary, compositor de la, aun más fantástica, banda sonora. Y lo haré, pero brevemente y al final. Voy a enfocarme en lo que me ha transmitido la que es la serie que más me ha enganchado desde Lost.

Los Cylon fueron creados por el hombre. Evolucionaron. Se rebelaron. Existen muchas copias... Y tienen un plan.

Todo comenzó con la miniserie, donde nos presentaban a las doce colonias (Aquarion, Aerilon, Canceron, Caprica, Gemenon, Leonis, Libran, Picon, Sagitarion, Scorpia, Tauron y Virgon), aunque la acción se situaba en Caprica. Los asentamientos vivían en paz, prosperaban y se recuperaban de la primera guerra contra los Cylon, androides que ellos mismos habían creado y que se rebelaron.
Habían pasado cuarenta años desde que se firmara la tregua que acabó con la guerra. En todo ese tiempo no se habían tenido noticias de los Cylon. Un buen día, y tras un plan bastante bien llevado por aquellos que lucían como humanos, atacaron con furia las doce colonias, destruyendo todo a su paso. La humanidad se redujo a menos de 50.000 personas que huían bajo la sombra de la Battlestar Galactica, una nave de combate.

A partir de esos sucesos arranca una de las mejores series de la historia de la ciencia-ficción. Es uno de los dramas más interesantes y complejos que ha dado la televisión. Su trama y sus personajes son complejos, humanos y nunca se les juzga, dejando que seamos nosotros los que tomemos nuestras propias decisiones. Y eso es bastante bueno. Siguiendo esa complejidad en las tramas, ningún personaje está etiquetado desde el principio como bueno o malo. Unos y otros son capaces de las peores vilezas y de las más grandes heroicidades, y la línea entre héroes y villanos se difumina. Y eso es aun mejor.
Además, no sería descabellado afirmar que tiene algunos de los momentos más impactantes y fabulosos de toda la historia de la televisión, no solo de la ciencia-ficción. 33, el primer capítulo de la serie como tal, es un magnífica joya. Tensión, acción, dramatismo, y grandes escenas entre sus personajes. Condensa a la perfección casi toda la serie.

Ahora toca poner por las nubes a todos y cada uno de los tripulantes de Battlestar Galactica. Voy a empezar por aquel que comanda toda la flota, Edward James Olmos, o lo que es lo mismo, el comandante William Adama. Sin él la serie no sería lo mismo. Todos confían en sus decisiones para llevar sus vidas a un nuevo planeta a salvo de los Cylon. EJ Olmos interpreta de forma magistral al comandante, y puedo decir que en mi vida he visto pocos personajes tan bien llevados. Mary McDonnell es Laura Roslin, que pasa de ser la secretaria de educación a presidenta de las doce colonias tan rápido como cayeron las bombas de los Cylon y mataron a todo los demás integrantes del gobierno. Por momentos puedes odiar su personaje, pero hay que decir que McDonnell hace un trabajo brillante a la altura del gran EJ Olmos. Los dos son las caras visibles de la humanidad, la presidenta del gobierno y el gran comandante.
Es el turno de la bellísima Katee Sackhoff, que no es otra que Kara 'Starbuck' Thrace, la mejor piloto de toda la flota. Desobediente, orgullosa, mística, especial... Todos esos adjetivos encajan a la perfección en el personaje que interpreta maravillosamente la señorita Sackhoff. Quizá mi personaje favorito por todo lo que esconde durante la serie, y lo que sigue escondiendo tras ella. James Callis, es decir, Gaius Baltar, es el detonante de todo. Aquel que, por satisfacer sus deseos, deja entrar a los Cylon a los sistemas de defensa de las doce colonias. El camino que recorre este personaje es para parase a mirarlo con detenimiento. Comienza siendo una persona a la que solo le importa el mismo, para acabar como profeta de el único Dios y ayudando a los demás, pasando por múltiples facetas que omitiré por motivos obvios.
Gaius pierde el norte por las curvas de un Cylon, Caprica Six, encarnado por la explosiva Tricia Helfer (aaay, omá). Ella es la Cylon más importante en los primeros compases de la serie por lo dicho anteriormente. Es la que consigue infiltrarse en los sistemas de defensa y dejar con el culo al aire a toda la humanidad.
Estos son, para mí, los personajes más destacables de toda la serie. Sobre los que marcha la historia. Hay muchísimos más con una importancia similar, está claro. Están el capitán Lee 'Apolo' Adama, el coronel Saul Tigh, la piloto Sharon Valerii, el jefe de mecánicos Gaen Tyrol, los oficiales Dualla, Gaeta y Karl 'Helo' Agathon, los supervivientes Samuel Anders y Tory Foster que pasan a ser, una vez rescatados, oficial y ayudante de la presidenta, respectivamente.
Todos ellos forman un reparto bastante variado y con un nivel de interpretaciones envidiable. Un reparto que ha hecho posible una de las series que mas he disfrutado, con la que he vuelto a dar caña a mi cerebro. Desde que se acabó la historia en aquella mágica isla, nada me había hecho estar tan atento a todo, a cada detalle, como lo ha hecho esta inmensa nave de combate y toda la flota que la acompaña. Battlestar Galactica se merece todo lo bueno que digan sobre ella y más. Por su principio demoledor, por su final gratificante, por sus personajes, por sus incontables fraks (frak es usado en la serie como sustitutivo/una especie de fuck), por sus tramas, por sus misterios, por los humanos, por los Cylon, por sus cuatro temporadas, por su miniserie que marcó el camino, por sus películas Razor y The plan, por su inconmensurable banda sonora. Por todo eso no me queda otra que decir que BSG es la mejor serie ambientada en un mundo espacial, y eso es decir mucho teniendo en cuenta que por ahí hay una serie con bastante peso.

Hasta aquí llega mi reseña/homenaje a una de esas obras que marcan tu forma de verlo todo. Y una de las pocas que merecen el calificativo de obra maestra...

So say we all!